tips para evitar errores de las empresas en la declaración del Impuesto a la Renta
Las empresas deben preparar sus impuestos sobre la base de la contabilidad llevada de acuerdo a las Normas Internacionales de información Financiera (NIIF), es decir, sus Estados Financieros (EEFF) deben estar preparados a partir de NIFF como punto de partida ya que de no seguir estas reglas se ocasionará un error en la Declaración Jurada (DJ) anual de impuestos, precisó Víctor Burga socio de auditoria de Ernst & Young (E&Y).
Premisas
Las empresas con activos o ingresos anuales superen las 30 mil UIT (S/. 114 millones) deberán presentar sus EEFF auditados a partir del 2013 de acuerdo con las NIIF internacionales; con activos o ingresos anuales mayores a 15 mil UIT (S/. 57 millones) EEFF auditados desde el 2013 bajo las NIIF del Consejo Normativo de Contabilidad (CNC), y a partir del ejercicio 2014 bajo NIIF internacionales.
Las empresas con activos o ingresos mayores a 3 mil UIT (S/.28.5 millones) deberán presentar sus EEFF auditados a partir del ejercicio del año 2014, bajo NIIF del CNC y a partir de 2015 de acuerdo con NIIF aprobadas internacionalmente.
La multa por no tener la información contable de acuerdo a NIIF sería de 0.3% de los ingresos de la Compañía o cierre.
Los conflictos entre la aplicación de la contabilidad con NIIF y las normas tributarias se resuelven en los agregados y deducciones para determinar el impuesto a pagar. En ninguna parte del mundo las normas contables internacionales coinciden con las normas tributarias, explicó Burga.
Una utilidad tributaria correcta solo se conseguirá si se usan correctamente las reglas NIIF. Burga detalló cinco errores frecuentes de las empresas:
1.- Las áreas contables no tienen acceso a todos los documentos de la empresa
Pueden existir contratos de compromisos a desembolsos (donaciones y otros), que por desconocimiento no se contabilizan. Son errores frecuentes en las empresas extractivas (mineras, hidrocarburos y similares), en donde existen compromisos con las comunidades nativas para poder desarrollar su actividad extractiva que no se comunican.
También existen transacciones determinadas por algunas cláusulas del contrato pueden tener algún impacto contable, como un préstamo bancario sujeto a una condición derivada (transacción que cambia de valor dependiendo de un valor futuro como el precio del oro o similares), entre otros casos.
Así, en el ejemplo, para una correcta contabilidad de un derivado se debe estimar al valor de mercado mediante un estudio, si es muy complejo lo mejor es realizarlo a través de una firma auditora. “Si no se leen bien los contratos puedes dejar de lado ciertas transacciones que deberían ser contabilizadas”, dijo.
También existen decisiones con impacto contable que se encuentran en las actas de directorio de los accionistas (acuerdo de pago de bonos y otros). Por ello, es recomendable que la remisión de esta información se formalice en un manual, señaló.
2.- No se estima correctamente las contingencias laborales, tributarias, judiciales y otras
En el día a día de las operaciones de las empresas es inevitable una demanda laboral de los trabajadores, demandas de terceros por servicios, reclamos de entidades administrativas (medio ambiental, tributario y otros).
El problema radica en que los controles internos para identificar estas contingencias son pobres, aseguró Burga. Si la comunicación interna o de asesoría externa es mala, el área contable no tendrá el detalle de los casos y su posible impacto.
“Las empresas deberían tener un procedimiento de remisión regular (políticas) y control de la información”, recomendó. Por ello, es importante que todas las áreas estimen el impacto de la contingencia y canalicen la información al área contable, anotó.
3.- Errores en la contabilidad de los costos de financiamiento
Las empresas adquieren activos fijos (planta, maquinaria y otros) a través de dos maneras, detalló Burga, mediante compra directa (caja) o por medio de financiamiento bancario (por el cual debe pagar intereses). El error ocurre, en el segundo caso de adquisición, ya que ese costo de financiamiento se contabiliza como gasto en el resultado del ejercicio cuando lo correcto es hacerlo como parte del costo del activo que se adquiere (si el financiamiento es mayor a más de un año), una incorrecta aplicación de ese costo distorsiona la utilidad real, apuntó. Burga precisó que solo se permite contabilizar como gasto aquellos intereses menores a un año, ya que el costo financiero es muy bajo.
4.- Incorrecta aplicación de los estimados contables (vida útil de activos y otros)
Un estimado importante es la vida útil de los activos fijos cuya vida se estima (depreciación) de acuerdo a lo fijado en la norma tributaria. Sin embargo, lo correcto es estimar la depreciación de acuerdo a la realidad de cada negocio.
Así, por ejemplo, la norma tributaria establece que la vida útil de un auto es de 5 años, pero si se trata de una empresa de taxi, será menor. O si el auto es solo para el uso del gerente, es probable que tenga una vida útil mayor.
Lo correcto es depreciar los activos en lo que realmente dura, aconsejó. Otro estimado es cuando lo inventarios de los productos de las empresas han sufrido una merma por variación del precio, porque se vuelven obsoletos, entre otros, que tienen que ser contabilizados al valor de mercado.
5.- Falta de actualización de las normas contables
Las normas contables no son estáticas sino en permanente cambio, por ello, es recomendable que los gerentes y contadores estén informados de estos cambios y los impactos en su contabilidad. Es recomendable que cuando se verifique un cambio en las normas contables, el directorio o gerencia de la empresa, deberían tener claro el impacto en su contabilidad y tomar las previsiones del caso.
fuente: Diario Gestión 14/03/2014
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